En primer lugar, el sistema se centra en la gestión de la producción ganadera, incluyendo la alimentación, el manejo del ganado, la reproducción y la genética. Se implementan prácticas y protocolos para optimizar el rendimiento y la calidad de los productos obtenidos, al tiempo que se garantiza el bienestar animal y se minimiza el impacto ambiental.

Además, el Sistema Integral de Gestión de las Explotaciones Ganaderas aborda aspectos relacionados con la sanidad animal y la prevención de enfermedades. Se establecen medidas de bioseguridad, programas de vacunación, seguimiento veterinario y protocolos de actuación en caso de emergencias sanitarias, con el objetivo de mantener la salud y la productividad del ganado.

Otro componente importante del sistema es la gestión ambiental, que busca reducir el impacto negativo de las actividades ganaderas en el entorno natural. Se implementan prácticas de manejo sostenible de los recursos naturales, como el agua y el suelo, y se promueve el uso eficiente de la energía y la reducción de residuos.

La trazabilidad es otro aspecto clave del Sistema Integral de Gestión de las Explotaciones Ganaderas. Se establecen sistemas de identificación y registro de los animales y los productos obtenidos, lo que permite seguir su origen, destino y características a lo largo de toda la cadena de producción y comercialización.

En resumen, un Sistema Integral de Gestión de las Explotaciones Ganaderas es una herramienta esencial para asegurar la viabilidad económica, la salud animal, la protección del medio ambiente y la calidad de los productos en las actividades ganaderas. Al implementar este sistema de manera adecuada, las explotaciones ganaderas pueden mejorar su competitividad, cumplir con las regulaciones vigentes y contribuir al desarrollo sostenible del sector.